Debería hacer un viaje de dos días para visitar las islas flotantes de los Uros, pasar la noche en la isla de Amantani y finalmente visitar la isla de Taquile el segundo día, pero una pequeña salmonella me robó un día, me mantuvó en la cama y cambió mis planes.

La agencia no podía reembolsarme, así que me ofrecieron de salir el día siguiente a los Uros y Taquile y regresar por la tarde del mismo día. Dale, ¡hagamos eso!

Salimos a las 8am en lancha rápida, ¡y llegamos a las islas de Uros en 15 minutos!

Hay 87 islas artificiales flotantes, completamente creadas por los habitantes. La vida promedia de una isla flotante es de 30 a 35 años.

Nos detenemos en una primera isla. Allí estabamos invitados a dar un paseo de 25 minutos en el lago a bordo de una balsa de totora, el Mercedes Benz local.

Luego pasamos una hora en la isla, el momento de descubrir cómo se construyen las islas flotantes y la forma de vida local. El discurso de la guía era bien organizado y el espectáculo de los habitantes finamente perfeccionado.

 

Demostración en miniatura de las diferentes etapas de la creación de una isla hasta la construcción de una casa

Los habitantes nos hicieron una simulación de intercambio de mercancías, como en el mercado, y luego nos gratifican con 3 canciones, una en aimara, una en quechua y una en español.

 

Luego, cada una tomó un grupo de 4 a 5 personas para mostrarnos su casa y su mercado e invitarnos a comprar sus creaciones, evidentemente.

 

Personalmente, no me siento muy cómodo fotografiando el interior de una casa pequeña, no queriendo violar la intimidad de las personas, es por eso no hay fotos en esta crónica.

Lo que es divertido es que los habitantes persistieron en hablar aimara durante la visita y el guía traducía cada vez, pero encontraron un español perfecto para decir “Compra amigo, Ven aquí amigo”… 🙂

 

Salimos de la isla y 15 minutos más tarde, nos encontramos en la capital, para una visita de 10 minutos, el momento de mirar los puestos de artesanía y sellar el pasaporte por 1 Sol. .

A las 9:45, tomamos el bote durante una hora y veinte minutos 1h20 para llegar a la isla de Taquile. La isla es conocida por su arte textil, también es el único lugar en el Perú donde hay hombres tejiendo, lo aprenden desde su juventud.

Al llegar a la isla, el guía nos dice que tenemos una subida de 2 km para llegar a la plaza central en la parte superior. Hoy, 3 de mayo, es una fiesta religiosa, la Santa Cruz, así que tuvimos la oportunidad de asistir a las festividades, así que vimos un desfile religioso de una tropa de hombres y mujeres, bastante divertido.

 

Al mediodía, comenzamos el descenso para detenernos en un restaurante dirigido por un joven peruano, David, para disfrutar de una buena trucha local.

Finalmente saciados, una tropa de lugareños nos mostró cómo lavan la lana con champú, y nos hicieron un baile local antes de invitarnos a bailar con ellos.

A las 14h, tomamos la lancha rápida durante una hora y media para volver a Puno.

 

En conclusión

Me encantó descubrir el concepto de islas flotantes, y la isla de Taquile tiene un ambiente muy agradable también.

Lástima que el discurso del guía y que los espectáculos de los habitantes locales eran sobrevalorados y excesivamente turísticos. Este tipo de presentación tiene sin duda su audiencia, pero no me gusta mucho, prefiero sumergirme y hablar más con la gente local para conocerlos en profundidad; lo que me hace arrepentirme aún más de mi salmonella y del hecho de haber perdido la oportunidad de pasar una noche con una familia en la isla de Amantani, pero así es la vida  ☺

La excursión de un día es satisfactoria en general, no hay necesidad de más tiempo para hacer Uros y una isla clásica, pero recomiendo más el viaje de 2 días y una noche para aquellos que tengan tiempo para hacerlo;)

Pura vida!

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